Cómo abrir una botella de cava...
Tranquilos. Que no cunda el pánico. Por instinto, los comensales de una mesa tenemos tendencia a echarnos hacia atrás cuando una persona se dispone a descorchar una botella. Si se trata de una botella de vino, en principio no pasa nada; pero si se trata de “la” botella, la cosa cambia. Y es que los vinos espumosos, como el cava o el champán, son traicioneros.
A veces parece que cuanto más ruido se haga al descorchar una botella, mayor será el éxito. Es cierto que cualquier descorchado en la mesa viene seguido de una serie de vítores, que son más eufóricos si no se tiene que lamentar ningún accidente. Y esa es nuestra intención de hoy, evitar corchos voladores y golpes indeseados.
Para ello debemos tomarnos un tiempo para aprender a descorchar una botella sin que haya, digamos, peligro. Como hemos dicho, los vinos tintos y los blancos, denominados tranquilos por su bajo contenido en gas carbónico, no presentan ninguna clase de problema. Actualmente existe una variedad tan grande de saca-corchos que, gracias a algunos de ellos, apenas tenemos que hacer esfuerzo para extraer el tapón y podemos centrar nuestra atención en evitar que caigan trozos de corcho en el vino o en sacarlo en perfectas condiciones para poder reutilizarlo después.
Pero no pasa lo mismo con los vinos espumosos. Al contener una proporción de gas carbónico mayor que los otros, resulta más difícil descorchar la botella sin que el tapón salga catapultado o las burbujas estallen al abrir la botella. Con un par de consejos fáciles y sencillos, el descorchado de estas bebidas será menos violento.
Antes que nada, y muy importante: evitad agitar o mover la botella. El movimiento multiplica el efecto de las burbujas, desencadenando las consecuencias fatales que todos conocemos muy bien. El primer paso es retirar el papel metálico que envuelve el tapón; después, y con mucho cuidado, quitaremos el alambre que sujeta el corcho. Mientras deshacemos el precinto del hilo metálico, es importante mantener la mano o el dedo gordo sobre el tapón para evitar que éste salga disparado. Una vez retirado el alambre, sostenemos la botella por la base con una mano mientras hacemos girar el corcho muy poco a poco y siempre hacia el mismo sentido, para evitar que se rompa o salga disparado. A medida que vayamos realizando este paso, notaremos cómo el gas de la botella impulsa el tapón hacia arriba, lo que nos facilitará el descorche; cuidado, porque si lo soltamos antes de tiempo, saldrá disparado.
Normalmente, aunque hayamos retirado el tapón con cuidado, es posible que se derrame un poco por accidente. Para evitar manchar nada, es recomendable tener una copa bien cerca para verter las primeras gotas y poder empezar a servir a nuestros comensales sin tener que lamentar ningún contratiempo.
El cava y el champán suelen asociarse a celebraciones. Descorchar una de sus botellas en un símbolo, un rito, una fiesta, y hacerlo bien nos garantizará que la velada sea todavía más especial y perfecta.