Accesorios esenciales para el vino (II)
En el post anterior de “Accesorios esenciales para disfrutar del vino”, conocimos tres de los tipos de copas más usadas tanto en las catas de vino como dentro de casa. Pero si saber dónde beber un vino es esencial para poder disfrutarlo bien, saber cómo abrir la botella para dar paso a tan preciado momento resulta tan o más crucial que cualquiera de los procedimientos que seguimos a la hora de probar un vino.
Y es que abrir bien una botella es tan importante como saber con qué plato acompañarla. Lo primordial es evitar que caigan trozos del tapón -cuidado con el corcho-, en el vino. Para facilitarnos este paso, existen diversos tipos de sacacorchos con los que podremos abrir nuestra botella sin tener que lamentar ningún incidente.
1. De palanca. Este sacacorchos es un clásico, y además, es rápido y fácil de usar. Consiste e dos palancas a cada lado de un sacacorchos mecánico. Cuando el tornillo es incrustado en el corcho, lo único que tienes que hacer es presionar las palancas hacia abajo para sacar el corcho. Casi siempre son más fáciles de usar para abrir botellas de vino que los sacacorchos regulares.
2. Plegable. Es el modelo más común en la hostelería debido a que se puede llevar en el bolsillo. El mecanismo consta de tres elementos: un pequeño cuchillo para cortar el sello, una espiral metálica que se introduce en el corcho y un fulcro metálico que sirve de punto de apoyo para hacer palanca.
3. De tornillo. Permite la extracción mediante un sencillo enroscado continuo, siempre en el mismo sentido. Destinado a reducir el esfuerzo físico, posibilita abrir la botella con suavidad. Un primer tornillo penetra en el corcho y, cuando ha llegado al tope, el segundo se acciona (mediante dos palancas (en cuyo caso se denominan de mariposa, o una rosca perpendicular) para hacer subir el tapón. Un anillo de cuero, colocado en la base del sacacorchos, protege y permite que se adapte a las diferentes bocas de botella.
4. De ala. Se coloca rodeando al cuello de la botella, mientras se da vueltas al tornillo sin fin que se introduce en el corcho al mismo tiempo que ascienden los brazos que luego bajaremos para subir el corcho a presión. Sencillo de usar, casi no hay que hacer fuerza y, además, no requiere de inversiones importantes para hacerse con uno bueno.
5. De pared. Son, sin duda, muy seguros, cómodos y los más rápidos; con dos impulsos a una palanca, uno hacia abajo y otro hacia arriba, descorcha la botella y desenrosca el corcho. Su grave inconveniente radica en que, al ser fijos, no pueden desplazarse a la mesa para que los comensales presencien el descorche.
6. De láminas. Muy usado por sommeliers, consiste en dos finas láminas o patillas paralelas entre sí, terminadas en punta, una más larga que otra. Es un tipo de sacacorchos especial para botellas muy viejas o con corcho defectuoso que pueda romperse al atornillar el sacacorchos de hélice. Es más antiguo de lo que se cree, pues fue patentado en 1879 en Estados Unidos.
7. De aire comprimido. Se inyecta aire con una bomba atravesando el tapón con una aguja. La corriente de aire hace elevar el tapón, pero puede perjudicar la estructura del vino, por lo que es poco utilizado.
Utilizad el que más cómodo os resulte y a disfrutar de vuestro vino. ¡Salud!