Pizza y vino... ¡pues claro que sí!
La pizza es uno de los platos que, por norma general y gracias a las múltiples combinaciones que ofrece, suele gustar a todo el mundo, desde los más pequeños a los más grandes. Normalmente, acompañamos nuestras porciones con un vaso de agua, un refresco o una cerveza. Sin embargo, el vino también marida a la perfección con esta comida italiana, y además... existe un vino para cada tipo de pizza.
La mayoría de pizzas llevan carne como jamón, beicon, salami u otros embutidos, además del elemento estrella, el queso, que resulta que también es uno de los principales alimentos que maridan bien con cualquier tipo de vino. El único problema es que existen muchos tipos de pizza diferentes, pues cada uno puede añadir a la masa los ingredientes que más le apetezcan o le gusten, lo que abre un abanico de posibles maridajes muy complicado, sí, pero también muy rico.
Qué con qué
Como la lista de los diversos tipos de pizza que hay es casi infinita, nos centraremos en las más comunes, que suelen ser también las más conocidas y consumidas por la gente. Así pues, enumeraremos un total de cinco tipos de pizza y los relacionaremos con el vino que mejor las acompañe según sus sabores, aromas y calidades.
1. Pizza de queso y tomate. La pizza clásica por excelencia. Estos dos ingredientes son los más usados en la elaboración de las pizzas por el contraste de sus sabores y el hecho de que permiten añadir cualquier ingrediente sin romper el sabor general del plato. Cuando hablamos de pizzas con estos ingredientes, lo mejor es decantarnos por un Syrah, como el tinto Bru de Verdú o el monovarietal de Raimat, igual que los tintos Analec y el 1780 de Castell del Remei, a base de uva Cabernet Sauvignon.
2. Pizza Margarita. Siguiendo la estela de la pizza de queso y tomate, la pizza margarita es otra de las grandes conocidas cuando nos referimos a los gustos de los consumidores. Esta pizza a base de queso, tomate, albahaca y aceite de oliva marida muy bien con vinos como los elaborados con Garnacha, como por ejemplo los tintos de la Bodega Lagravera, con sus vinos de la línea Ónra. En esta ocasión repetimos con los vinos a base de Syrah, cuyo sabor suave nos permitirá disfrutar del plato sin que la copa eclipse el sabor de la albahaca.
3. Pizza de carne. Como, por ejemplo, la de Pepperoni, cuyo potente sabor encuentra un buen punto de equilibrio con vinos a base de uva Cabernet Franc, como el Quest de Castell d'Encús o el tinto Abadal, una opción más asequible pero igual de acertada.
Otra clase de carne de sabor fuerte que podemos encontrar en las pizzas son el jamón serrano, la salchicha o el beicon. Los vinos generosos como el Syrah y el Pinotage funcionan bien con carnes y las intensidades de sabor, pues los complementan con sus intensos sabores de frutos negros como la zarzamora, la oliva, la ciruela y el arándano.
4. Pizza vegetal o frutal. La cara opuesta de la moneda a las pizzas de carne son aquellas elaboradas con vegetales o frutas. Estas pizzas se caracterizan por tener un sabor más suave y resultar menos pesadas que las que llevan algún tipo de carne. Las pizzas vegetales más populares suelen llevar espinacas o champiñones, y otras calabacín o pimiento. En estos casos lo mejor es maridar con un buen vino a base de Sauvignon Blanc, como el Fransola o el Taleia, o el Corazón Loco, un blanco a base de verdejo.
Las pizzas frutales, como las hawaianas, incluyen ingredientes como la piña. Para ellas escogeremos vinos que se mantengan en la línea de estos ingredientes y nos decantaremos por un Riesling, variedad blanca a partir de la cual se elaboran vinos como el Batlliu o el Ekam.
5. Pizza barbacoa. Este tipo de pizza es una de las más recientes. Su principal característica es, como bien dice su nombre, la salsa barbacoa que lleva, que en la pizza tiene un sabor dulce y picante que contrasta muy bien con la carne, otro de los ingredientes estrella de este tipo de masas. Lo mejor en estos casos es decantarnos por un Malbec como el Leo Malbec Premium.
Como podemos ver, el vino no sólo es una bebida en expansión, sino que además, como hemos comprobado, marida bien con cualquier tipo de alimento, siempre y cuanto sepamos qué combinaciones realizar para que todos los sabores queden bien potenciados y no se eclipsen entre ellos. Todos tenemos nuestro plato favorito y todos podemos acompañarlo con un buen vino. ¡Lo único que necesitamos es saber qué combinaciones posibles existen sin que unas predominen por encima de las otras!